El famoso empresario P. T. Barnum aseguraba que su circo tenía para ofrecer “algo a la medida de todos”. El psicólogo Paul Meeh propuso llamar “efecto Barnum” o de “convalidación subjetiva” a esa actitud crédula que lleva a ver o a interpretar datos ambiguos en función del deseo. Cuando alguien está predispuesto a ver algo que satisfaga sus expectativas,tendrá menos defensas que otro para dudar de una “prueba” por dudosa que sea.
Así, cualquier revista, horóscopo o adivinación nos dará una descripción que aceptaremos como considerablemente acertada si nos dice algo como:
Tienes la necesidad de gustarle a otras personas y de que te admiren, y con todo tiendes a criticarte. Aunque tienes algunas debilidades de personalidad generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes una considerable capacidad que no has usado en tu beneficio. Disciplinado y autocontrolado en el exterior, tiendes a ser aprensivo e inseguro interiormente. A veces tienes serias dudas en si hiciste lo correcto o tomaste la decisión acertada. Prefieres cierta cantidad de cambios y variedad y llegas a decepcionarte cuando estás cercado por restriccciones y limitaciones. Te autoufanas también de ser un pensador independiente, y no aceptas las afirmaciones de otros sin pruebas satisfactorias. Pero has encontrado desaconsejable ser demasiado franco en darte a conocer a otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras que otras veces eres introvertido, cauto, y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser más bien irreales.
Pero pongámonos serios. El denominado efecto Barnum también es un ejemplo de cómo el criterio clínico de un preofesional, aunque erróneo, puede ser aceptado como real por la misma persona evaluada.
Un informe psicológico (o de cualquier otra disciplina) tipo Barnum consiste en un informe de personalidad que realmente no corresponde con la persona a la que se le devuelve y que contiene términos muy vagos y generales, algunos términos técnicos, con frecuentes afirmaciones dobles, información favorable o moderadamente favorable, y verdadera de una gran muestra de la población.
Incluyen afirmaciones universalmente válidas del estilo de: el paciente experimenta ansiedad, la madre presenta una mezcla de sentimientos frente a la conducta de su hijo, el sujeto unas veces está enfadado y otras veces está contento, etc. El error se modera si cuantificamos nuestras afirmaciones o buscamos ejemplos para ilustrarlas. Desgraciadamente existe una tendencia en las personas, bastante generalizada, a aceptar los informes tipo Barnum
Así, cualquier revista, horóscopo o adivinación nos dará una descripción que aceptaremos como considerablemente acertada si nos dice algo como:
Tienes la necesidad de gustarle a otras personas y de que te admiren, y con todo tiendes a criticarte. Aunque tienes algunas debilidades de personalidad generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes una considerable capacidad que no has usado en tu beneficio. Disciplinado y autocontrolado en el exterior, tiendes a ser aprensivo e inseguro interiormente. A veces tienes serias dudas en si hiciste lo correcto o tomaste la decisión acertada. Prefieres cierta cantidad de cambios y variedad y llegas a decepcionarte cuando estás cercado por restriccciones y limitaciones. Te autoufanas también de ser un pensador independiente, y no aceptas las afirmaciones de otros sin pruebas satisfactorias. Pero has encontrado desaconsejable ser demasiado franco en darte a conocer a otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras que otras veces eres introvertido, cauto, y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser más bien irreales.
Pero pongámonos serios. El denominado efecto Barnum también es un ejemplo de cómo el criterio clínico de un preofesional, aunque erróneo, puede ser aceptado como real por la misma persona evaluada.
Un informe psicológico (o de cualquier otra disciplina) tipo Barnum consiste en un informe de personalidad que realmente no corresponde con la persona a la que se le devuelve y que contiene términos muy vagos y generales, algunos términos técnicos, con frecuentes afirmaciones dobles, información favorable o moderadamente favorable, y verdadera de una gran muestra de la población.
Incluyen afirmaciones universalmente válidas del estilo de: el paciente experimenta ansiedad, la madre presenta una mezcla de sentimientos frente a la conducta de su hijo, el sujeto unas veces está enfadado y otras veces está contento, etc. El error se modera si cuantificamos nuestras afirmaciones o buscamos ejemplos para ilustrarlas. Desgraciadamente existe una tendencia en las personas, bastante generalizada, a aceptar los informes tipo Barnum
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